El INDEC informó que la inflación de mayo fue la más baja en cinco años, pero expertos y encuestas reflejan una realidad muy distinta: la mayoría de los hogares enfrenta dificultades económicas, con altos niveles de endeudamiento y desconfianza hacia las estadísticas oficiales.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) comunicó este jueves que la inflación de mayo fue del 1,5%, la cifra más baja desde mayo de 2020, cuando Argentina estaba en medio de la cuarentena por la pandemia de COVID-19. Sin embargo, este dato, alentador en términos estadísticos, contrasta fuertemente con la percepción social y la realidad económica de gran parte de la población, según se analizó en el programa “Comunistas”.
El analista político Raúl Timerman fue claro al señalar que “los precios siguen subiendo más que la inflación oficial” y alertó sobre una “desconfianza generalizada” hacia las cifras oficiales. “La situación de la gente es preocupante”, enfatizó.
Timerman destacó además una encuesta de la consultora TresPuntoZero que revela la fragilidad económica de los argentinos: solo el 18% pudo ahorrar durante mayo; el 28,7% logró cubrir sus gastos sin ahorrar; un 18,4% debió utilizar sus ahorros para llegar a fin de mes, y un preocupante 33,7% se endeudó para cubrir sus necesidades básicas. “Los argentinos no llegan a fin de mes”, resumió el analista, evidenciando una realidad que no se refleja en los números oficiales de inflación.
Desde una mirada crítica, el dirigente de izquierda Jorge Altamira explicó que la inflación debe entenderse como un “proceso monetario” complejo y no solo como una simple suba de precios. Además, señaló cómo los cambios en los hábitos de consumo reflejan las limitaciones crecientes de la economía, donde las familias resignan productos, gustos y actividades para adaptarse a la crisis.
Por su parte, Agustín Rombolá advirtió sobre un problema social aún más grave: el acceso al crédito informal en los sectores populares. “Hoy, quienes prestan plata en estos barrios son en gran medida los narcotraficantes, y eso genera dramas familiares y conflictos en esos entornos”, afirmó.
Aunque las cifras oficiales muestran una inflación en descenso, la vida cotidiana de millones de argentinos sigue atravesada por el endeudamiento creciente, la precariedad y la profunda desconfianza hacia los indicadores económicos, que deberían dar una señal de alivio y estabilidad pero que, en la práctica, no logran reflejar la crisis real que enfrenta la población.