Con el anuncio de la quita de aranceles a la importación de teléfonos móviles, el Gobierno de Javier Milei asesta un nuevo golpe a la producción argentina. Las fábricas de Tierra del Fuego advierten sobre despidos masivos y un posible cierre de operaciones. La medida, tomada sin diálogo previo, beneficia a consumidores de alto poder adquisitivo, mientras pone en jaque a toda una cadena industrial.