Sábado 2 de agosto de 2025

YPF deja de informar aumentos y fija precios según la demanda: ¿un avance o un problema para los consumidores?

La petrolera estatal implementa un sistema de "micropricing" que modifica el valor de naftas y gasoil en tiempo real, sin avisos previos. Esto genera incertidumbre y complica la planificación del consumo para los usuarios.

Viernes 1 de agosto de 2025

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YPF anunció un cambio profundo en la forma en que se establecen los precios de los combustibles en sus estaciones de servicio: dejará de comunicar los aumentos de manera anticipada y comenzará a ajustar los valores en función de la demanda real de los surtidores, aplicando un modelo denominado "micropricing". Esta modalidad, basada en tecnología avanzada e inteligencia artificial, ajusta los precios minuto a minuto para optimizar la eficiencia comercial.

Desde la empresa, explicaron que el sistema busca adecuar los precios a las condiciones del mercado y al comportamiento de los consumidores, y que sólo informarán aumentos ante variaciones significativas en los precios internacionales del petróleo, biocombustibles o tipo de cambio. Así, durante julio, los incrementos se sucedieron hasta alcanzar un 6% en naftas y gasoil, sin anuncios previos.

Además, para incentivar el consumo en horarios de baja demanda, YPF ofrece descuentos de hasta un 6% en la carga entre la medianoche y las 6 de la mañana, combinando rebajas por el uso de su app y el autodespacho en estaciones habilitadas en ciertas provincias.

El sistema de "micropricing" está respaldado por el nuevo Real Time Intelligence Center inaugurado en junio, que monitorea en vivo más de 1.600 estaciones, procesa un millón de transacciones diarias y utiliza variables dinámicas para ajustar los precios de forma segmentada y en tiempo real.

¿Por qué es inconveniente no conocer el precio de antemano?

Este nuevo esquema, si bien representa un avance tecnológico, genera un problema concreto para los consumidores habituales. La imposibilidad de prever el precio exacto de la nafta complica la planificación del gasto mensual y dificulta la comparación entre estaciones. La volatilidad constante puede provocar desconfianza y ansiedad, afectando negativamente la experiencia del usuario.

Además, al no existir información clara y anticipada, se pierde transparencia en un mercado clave para la economía cotidiana, afectando especialmente a quienes dependen del combustible para sus actividades diarias o laborales. Esta incertidumbre también puede aumentar el riesgo de prácticas especulativas o abusos en ciertos puntos de venta.

Si bien la empresa sostiene que el sistema no implica cambios constantes e indiscriminados, sino ajustes basados en patrones de consumo, la realidad inmediata es que los consumidores quedan a merced de una oferta cambiante y sin referencias claras.

En definitiva, el avance tecnológico en la fijación de precios abre interrogantes sobre el equilibrio entre la eficiencia comercial y el derecho a la previsibilidad y transparencia para los usuarios.